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""Vendo cuerpo sin alma... la inteligencia agotada y el corazón roto... lo dejo barato""

domingo, 15 de agosto de 2010





***Voy... vengo... subo... bajo...
Todo para qué....
Nada para mi....

Minero soy...
.... a la mina voy....
.... a la muerte voy....
.... minero soy....

Abro... saco... sudo... sangro...
Todo pal´patrón....
Nada pal´dolor....


Minero soy....
...a la mina voy....
.... a la muerte voy....
.... minero soy....

Mira... oye... piensa... grita...
Nada es lo peor....
Todo es lo mejor....


Minero soy....
.... a la mina voy....
.... a la muerte voy....
....minero soy....

.... humano soy.... ****




**A los minero atrapados en Copiapó....


....mi viejo es minero...

domingo, 23 de mayo de 2010

Prescindiendo.......





¿Dónde van los sueños rotos, los
amores no correspondidos?

¿Las mentiras descubiertas, los
planes no realizados?

¿Los susurros, las conversaciones
secretas?

¿Dónde se fueron los recuerdos de
aquellas tardes inconclusas?

¿Las risas, la
complicidad?

¿La poca vergüenza al
ridículo...?


He crecido, he madurado y aunque
me duela mis prioridades son otras, siempre fueron
otras...


Siempre llega un momento en la
vida en que debes lavarte de todo aquello que ya no sientes parte de
ti...

Y a veces duele y se sufre, pero
cuando estoy sola en mi habitación...

y pienso en lo que
hice...

Me doy cuenta de que era lo
mejor, era la única manera de no hacer daño en un
futuro....

Podría volver atrás, una disculpa
es fácil, pero no sería sincera, pues ya no deseo esa situación, ya no me
llena... ya es ajena a mi esa alegría de antes...

Esos recuerdos... aunque sería
genial saber dónde fueron...y poder buscarlos y traerlos a mi mente y lograr
volver a disfrutar como antaño de su compañía, de sus
sueños...


Y las
risas...

Y la
complicidad...

La poca
vergüenza...


Pero ya no es igual, ni siquiera
se asemeja a lo que alguna vez fue....


He cambiado ¡¡Hemos
cambiado!!


Ya no puedo adaptar mi vida
presente a la compañía de antes,

noto el vacío simple en las
conversaciones, mi mente está en otros sitios, en otros planes, en otra gente y
en situaciones tan ajenas como innentedibles...



Lo siento (o quizás no) pero debo
prescindir de lo que ya no considero mío...........


jueves, 18 de febrero de 2010

Vergüenza.... in fraganti











Hace mucho que no actualizaba, de hecho ya me había olvidado de este blog, pero un día, buscando algo nada q ver.... pues dí con esto y un amigo, prácticamente me obligó a sacar las fotos....la verdad, era necesario, como él dice....esto no puede seguir pasando...quizás es sólo un granito de arena...pero es mi aporte....








No me gusta mucho mi ciudad, La Calera, V región... es más apenas pueda me largo de aquí... pero no por ello voy a dejar de reclamar cosas que me parecen injustas.








Aún recuerdo mi infancia en casa de mi abuelo, en frente había una acequia...en los veranos nos íbamos a bañar allí, con amigos y primos...de eso 20 años, ahora es imposible...la contaminación, podredumbre y demases hacen imposible el creer que allí, alguna vez, en un tiempo muy lejano, pero mejor...nos pudimos bañar con confianza y sin enfermarnos....








La foto es del río en mi ciudad... allí, todos los días va gente a dejar basura y escombros. Es una real vergüenza que nadie fiscalice. Es una verguënza que hagan esto con un lugar que es casa no sólo de flora y fauna, si no también de personas. No se pueden imaginar el hedor a perro muerto, basura en descomposición y cuánta cosa se bota allí... La gente que tiene sus hogares en ese sitio, vive en la miseria, hacinados...pero JAMÁS se ha hecho algo.... he sabido de iniciativas, pero nunca llegan a concreto, siempre quedan en el camino. Incluso, recuerdo que una vez cuando aún estaba en el colegio, visitamos a una pareja de hermanos de allí...ni luz tenían....pero por muchas cosas que le llevásemos...no los sacamos de esa vida....








El punto es que si ves esto...las fotos....no te quedes callado!!! Dile a quién sea, que vea estas mismas fotos y comente!!!! Que la vergüenza no sea de nosotros, si no del municipio...porque como Santiago es Chile, aquí La Calera es el centro!!!! El ex- alcalde Chahuán lo dejó muy claro en todos los años de su gobierno. Si no eres turco estás sonado!!!!!




Que todos vean la mierda en q está sumido un caudal que puede ser beneficioso en tiempos de crisis....








Muchas gracias, aunque sólo mires y sigas adelante....

jueves, 3 de diciembre de 2009

Les gusta???


Otro de mis dibujos... espero tener tiempo pronto para subir alguno reciente...cuando lo haga xD jeje

lunes, 30 de noviembre de 2009


Dejé tantas cosas atrás para hacer de tu vida, algo mejor...

Sacrifiqué cada ansia que había en mi, para satisfacer las tuyas...

Si hubiese sido posible, habría dado mi alma, para que la tuya no se corrompiera...


No quiero pensar en lo que hubiese sido...

No quiero imaginar como estaríamos si no nos hubiésemos separado...



Destino nos juntó un día mágico...

Tú no confiabas...

Y yo no buscaba nada...


¿Sería tu falta de confianza y mi poco interés lo que nos unió?


Luché contra tu inseguridad y tu derretiste la barrera en mí...

¿Significó algo?

¿Quedó algo de esas tardes y noches llenas de amor?


Tus lágrimas, al igual que mi dolor, fueron reales... tan reales como el amanecer que llega implacable...


¿Nuestro amor duró años...o sólo segundos que nos fueron eternos?


¿Sabrá el pequeño Destino, el desastre que dejó en nuestras vidas al separarnos?

Desastre sólo comparado a la embriaguez que provocó el conocernos...


Fuiste sincero al decir que me amabas...lo sé... lo sentí... y fui feliz...

Pero fuiste igualmente sincero al alejarte...


Sentí el calor de mi cuerpo irse contigo... y quise llorar...


...Y quise morir....


Pero hubo gente buena en mi camino...

Al caer yo... tres pares de brazos se apresuraron a sujetarme...

Mis amigas nunca me abandonaron... aún ahora...


Aún cuando estoy aquí... fría, inmóvil... muda...


Aún cuando son paladas y paladas de tierra húmeda, las que cubren mi cuerpo...

Y el cielo llora... y el cielo grita...


Lo siento amigas... no pude resistir... el dolor me abatió...


Luché, no lo duden... y agradezco su apoyo...

Pero mi tristeza fue más fuerte...


Puedo oír sus sollozos...¡¡Qué ganas de abrazarles!! Lo hice tan poco cuando podía...

Les dije tan pocas veces lo bien que me hacía tener sus amistades....


........Y mírenme ahora.........


Muda... muda... muda para siempre!!!


Es tarde ya, niñas... vayan a casa... yo debo quedarme... lo lamento...

Nunca quise que sufrieran así por mí... perdónenme...


.....................................................oooo....................................................


El viento frío sopla sobre mí....

Es tarde para arrepentirme...

Es tarde para regresar sobre mis pasos...


Para ti también es tarde....

De igual manera agradezco las rosas... azules... lo recordaste...


¿Qué mas recuerdas, amor?

¿Recuerdas mi mano en tu rostro, dibujando tus contornos?

¿Recuerdas mis manos frías en invierno, buscar abrigo en tu espalda?


..........Ya no importa............


¿Importa?

¿Importa que ahora entiendas?

¿Importa que te hieles como yo?


No, no importa...



Por lo menos tú... aún respiras...................


jueves, 26 de noviembre de 2009




Cuatro páginas de dolor









Amelia nunca esperó encontrarse con esto. Observó una y otra vez el sitio. Sí, era el nombre, era su rostro, pero ¿Por qué? ¿Por qué así? Eso explicaba muchas cosas y dejaba, a la vez, vacíos inmensos. Un dolor agudo como el hielo. Respiró hondo, sentándose en una roca cercana, sin apartar sus ojos del trozo de cemento detalladamente cincelado.


Parpadeó perpleja… ¿Era su idea o algo aparecía sobre la losa? Era imposible, pero se habían materializado unos papeles amarillentos. Los tomó con temor y mano titubeante. Eran cuatro, escritos con letra audaz y traviesa, de trazos firmes en un comienzo. Leyó, leyó con avidez, leyó aún cuando su mirada se nubló por las lágrimas y el dolor profundo le atravesó el pecho. Quería saber el por qué y no iba a desistir hasta conseguirlo.


Esas páginas, sucias y gastadas por los años, le mostraban que él no había dejado de amarla. Que siempre había sido la niña de su vida, aunque fueron dos semanas escasas en que su amor fue esplendoroso y dulce. Su letra reflejaba su carácter; travieso, audaz, sensible, dulce. Lo había conocido hace más de 6 años, pero en ese instante, al leer palabras traídas por el viento, pudo revivir todo lo pasado. Esos días que no se apartaban de su mente, esos paseos interminables frente al mar, tardes echados en la arena. Noches desbordantes de amor y dulzura.


Aún podía evocar el momento exacto en que le vio por vez primera… lo odio, lo detestó y sus amigas nunca sospecharon que sus migrañas nocturnas eran falsas. Que sus excusas para no salir con ellas eran simplemente evasivas para encontrarse con ese chico. Con aquel joven arrogante y burlesco que les amargaba, de repente sus vacaciones.


Todas, sin excepción, estaban de acuerdo que era el muchacho más detestable que podrían haberse topado. Amelia las seguía en sus discusiones, sobre la manera más fácil de sacarlo del lugar. Pero en su fuero interno rogaba que sus amigas jamás supiesen la verdad o la tildarían de traidora, de fraternizar con el enemigo, porque eso fue durante el tiempo que duró su amor. Un enemigo… no podían salir sin que él se enterase y promulgara a los cuatro vientos lo perdidas que estaban por llegar con más tragos de los recomendados. Muchas veces lanzaron a su casa alimentos en descomposición, pero era imposible… nunca se daba por aludido, parecía que se divertía con la manera en que ellas fraguaban planes para echarlo.


Amelia disfrutaba con eso… esa doble vida, no hacía ningún mal. Varias de las ideas para exiliarlo salieron de su cabeza, por supuesto que jamás se lo dijo. Hubiese deseado que ese verano jamás acabase. Detener el tiempo justo ahí, en esa nube de cariño y amistad…




Hasta ese día infame en que se apartó de su lado, sin explicaciones, sin una palabra de consuelo. Dándole a entender que simplemente había sido un amor de verano de esos que se pueden ver entre enero y febrero, pero nada más. Ella quedó destrozada… había sido demasiado bello y demasiado corto. Sólo tenía 21 años y su alma estaba rota… aquella tarde el mar se oscureció frente a sus ojos y las olas rompieron con más fuerza, ensordeciéndola.


Pero las palabras de él las escuchó por sobre todos los ruidos, incluso el de su propio corazón desbocado…


“Debemos separarnos”




¿Cómo podía ser que esa simple frase con casi 7 años de antigüedad aún le amargara el corazón?


“Debemos separarnos” dijo con esa voz profunda que amaba y en un segundo mandó al fondo del océano sus ilusiones…


No había arrepentimiento en sus palabras, si no una honda tristeza, pero en ese entonces su propio dolor no la dejó percibir.


¡¡No, no, no, no…!! quiso gritar desde lo más oscuro de su ser, pero la convicción de él, esa firmeza en sus palabras le dio a entender que era definitivo. No quiso insistir ¿por qué? Quizás su sexto sentido le advirtió que no lo hiciese, que sería peor…



Dejó de leer y miró a su alrededor. El silencio casi hería sus oídos, un suave sollozo escapó de sus labios. Bajó el rostro regando la tierra con sus lágrimas, lágrimas tanto tiempo guardadas, contenidas, evitadas… amarradas a su pecho, obligadas a permanecer ocultas por orgullo. Pero ahora, ahora que vislumbraba la verdad… ya no podía más…


¿De qué servía seguir guardando tanto dolor, tanta amargura? Por lo menos ahora sabía la verdad…


Lo odió… pero no con ese odio juvenil… lo detestó desde centro mismo de su esencia. Tanto tiempo preguntándose qué había hecho mal… qué no pudo retenerlo a su lado… por qué había huido dejándole recuerdos que no regresarían… escondió ese amor lo más que pudo… fingió alegría que no llegó a sentir y después de algunos años se atrevió a contarles a sus amigas. Eran casi sus hermanas y comprendieron… y la consolaron, tarde, pero lo hicieron y le dieron ánimos ayudándola a olvidar.



Quiso reanudar la lectura, mientras la tarde se volvía fría y el cielo se opacaba. Miró la losa blanca y el brillo de las letras doradas, desvaído por el abandono del sol. No le cabía en la cabeza que él estuviese allí… ¡Desde hace tanto! Lo había recordado con odio y pena, pero pena por sí misma. Sus labios jamás elevaron una oración por su alma… y eso la llenaba de angustia.


Suspiró y sintió que alguien, a lo lejos, suspiraba con ella. Quizás él… quizás el viento… quizás su alma rota le hacía imaginar cosas…



Volvió al manuscrito. La letra se tornaba débil, temblorosa… como si ya no pudiese escribir de manera fluida… casi indescifrable en algunos párrafos.


¿Por qué seguía leyendo? Cada palabra era un grado más de dolor en su corazón. Aún así debía continuar… ella lo necesitaba… y él también… ahora era tangible su presencia volátil, realmente le sentía a su alrededor, como un débil murmullo que la instaba a proseguir. Debía saber sus razones, debía entenderle… debía ayudarlo a descansar en paz. ¿Cómo dejarle así? Condenado a vagar eternamente por un asunto pendiente. Sus palabras, trazadas años atrás le explicaban, con un sufrimiento que no desapareció con el tiempo, que él jamás quiso dejarla. Que no estaba en sus manos el abandonarla sin una aclaración. Si hubiese sido por él, ese verano habría sido interminable. Pero su enfermedad, su maldita enfermedad le consumía a cada minuto. Su vida se escurría en cada respiración. Pero cómo explicarle a ella, a Amelia, tan llena de vitalidad, de amor y esperanza, que él no tenía futuro, que se moría sin más remedio en ese presente. Que, aunque ella le dio ánimos para seguir, él sabía que no podría hacerla feliz por mucho tiempo.


Su ironía, su audacia y su dulzura tan honda, eran máscaras para no demostrar esa tristeza profunda de saberse moribundo.


La vida, para Amelia era expectativas, ilusiones, esperanzas, para él… no había vida. Fue feliz, sí, a su lado. Los pocos momentos de felicidad plena los pasó en los brazos de la niña, pero tenía claro que no iba a ser por siempre. Por ello se alejó en el momento preciso. En el instante justo, de máximo júbilo, para que Amelia, por lo menos, tuviese momentos dulces que recordar. No quería que le viese en una cama, atravesado por agujas y tubos. Respirando con ayuda de una máquina… a merced de manos extrañas que controlaban sus signos vitales e inyectaban líquidos dolorosos en su cuerpo.


Deseaba que ella le rememorara como el chico lleno de vida y no como una piltrafa irreconocible.


Esa fue su razón… evitarle el dolor de verlo consumirse y la angustia de no poder hacer nada, pues su destino estaba trazado.



La caligrafía, más débil en cada párrafo, llegaba a su fin…



Amelia comenzó la última página, mientras el sol descendía más en la distancia.


El muchacho se disculpaba por haberla apegado a su vida, sabiendo en qué terminaría. Quiso alejarse antes, pero la inocencia de ella le conquistó, le atrajo y lo envolvió en una suave esperanza. Pero la realidad le golpeó e hizo lo que hizo.


Sabía que la dejaría con el corazón roto, tal como él se marchaba, pero no podía arrastrarla al infierno que viviría cuando los remedios y las sesiones no surtieran efecto. Cuando la enfermedad se alzara cruel y avasalladora. Ella que era tan gentil y dulce no lo soportaría.



Le pidió perdón mil veces en esa última hoja. Aunque sabía que sería insuficiente.



Amelia giró el papel buscando más palabras, pero la carta había concluido. Sus ojos se volvieron a posar en la tumba, las letras ya no brillaban, el sol se había marchado.



¿Por qué ahora? ¿Por qué así? ¿Qué esperaba que ella hiciese después de tanto tiempo? Él se había ido… y lo único que le había dejado eran cuatro páginas amarillentas…cuatro páginas con excusas…



Cuatro páginas de dolor….








viernes, 17 de julio de 2009



Ojalá les guste, es un dibu mío hecho hace muuuuuuucho, ahora con la Universidad y el trabajo, pues no me queda tiempo para nada, ni para dormir ;)

Mis chucherías....

  • Anime
  • Chocolate XD
  • Libros (principalmente Isabel Allende)